Nos conocimos tarde, demasiado tarde diría yo, me habría gustado
conocerte desde el principio, para ver cómo eras de pequeña, pero me lo
imagino, imagino que eras igual de simpática y agradable que ahora, y sé que
tengo una amiga para siempre, y que no me vas a fallar, y estoy totalmente
segura, porque tú no eres como las demás. Quizá habría sido diferente, pero yo
me conformo como está, porque si te soy sincera es más de lo que nunca he
compartido con nadie, es algo que nadie nunca va a poder romper. Porque tú
dices lo que sientes y sientes lo que dices, porque podemos ser sinceras sin
tener que arrepentirnos o sin tener que pensar en lo que la otra va a contar. Y
nos contamos todo, lo bueno y lo malo, sin importarnos las consecuencias, y nos
ganamos el cariño de la gente, porque somos así de auténticas, sencillas como
la vida misma y sabemos que unidas estamos mejor. Y que no necesitamos a nadie
más para reírnos, pasarlo bien y tener un día repleto de sonrisas, para curar
nuestras heridas, y descubrirnos nuestros defectos, siempre intentando mejorar,
nunca intentando hacer daño. A nosotras nos gusta relacionarnos, abrir nuestro
círculo de amistades, a veces nos equivocamos con quien elegimos pero eso no
nos importa porque nos tenemos la una a la otra, además nos enseña cómo se
comporta la gente a la que sólo le gusta verte sufrir, aquellas personas que
intentan pisotearte para subir en la escala social, pero lo único que hacen es
bajar y nosotras sin intentarlo subimos, porque al final las personas malas salen
a la luz y todo el mundo sabe cómo son, y lo quieras o no todo el mundo está
donde se merece porque aunque no lo quieras todas tus acciones, sin importar
cuáles, tienen sus consecuencias ya sea para bien o para mal. Lo último que
quiero decirte es esto: sé que vamos a recorrer mucho camino juntas, sé que
habrá muchos años más de sonrisas y lágrimas, de momentos robados al tiempo. Y
quiero que sea así, eso no lo dudes nunca.
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